Presidente firma decretos sobre política militar excluyendo a transgénero.

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En una serie de decisiones ejecutivas recientes, el presidente de Estados Unidos ha realizado modificaciones importantes en las políticas militares del país. Estas acciones incluyen la eliminación de programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) y la prohibición de la participación de personas transgénero en las fuerzas armadas.

Una de las órdenes ejecutivas más notables ordena al Departamento de Defensa suprimir todas las iniciativas vinculadas con DEI en el ejército. El presidente sostiene que estas prácticas generan divisiones y perjudican la cohesión y eficacia de las unidades militares. Conforme a la nueva directiva, se prohíbe cualquier preferencia basada en raza o género al tomar decisiones de contratación y promoción en las fuerzas armadas. Asimismo, se insta a eliminar cualquier programa o formación que fomente conceptos de diversidad o inclusión.

Otra orden ejecutiva impide que las personas transgénero sirvan en las fuerzas armadas. El presidente afirma que la presencia de individuos transgénero no es compatible con los estándares de preparación y eficacia militar. La orden también prohíbe el uso de pronombres que no coincidan con el sexo asignado al nacer y dispone que las instalaciones, como baños y vestuarios, deben ser usadas según el sexo biológico.

Asimismo, el presidente ha autorizado una orden para reintegrar a los miembros del servicio que fueron descartados o separados por no aceptar la vacuna contra la COVID-19. Esta acción busca rectificar lo que la administración considera una injusticia hacia quienes fueron apartados del servicio por su decisión personal respecto a la vacunación. Los militares reinstalados obtendrán compensación retroactiva por el tiempo perdido.

Además, el presidente ha firmado una orden para reincorporar a los miembros del servicio que fueron despedidos o apartados por negarse a recibir la vacuna contra la COVID-19. Esta medida busca corregir lo que la administración considera una injusticia hacia aquellos que fueron separados del servicio debido a su decisión personal sobre la vacunación. Los militares reinstalados recibirán compensación retroactiva por el tiempo perdido.

Estas medidas han suscitado reacciones variadas. Colectivos defensores de los derechos LGBTQ+ han criticado la prohibición de personas transgénero en el ejército, sosteniendo que es discriminatoria y no tiene fundamento en la eficacia militar. Entidades de derechos civiles han manifestado su intención de desafiar legalmente estas acciones, alegando que contravienen los principios de igualdad y no discriminación establecidos en la Constitución.

Por otro lado, ciertos sectores apoyan la eliminación de los programas de DEI, sosteniendo que el ejército debería enfocarse en la meritocracia y la preparación para el combate, sin distracciones de políticas de identidad. También existe respaldo para la reincorporación de los militares no vacunados, viéndola como una corrección indispensable de políticas anteriores que, según ellos, atentaban contra las libertades individuales.

Por otro lado, algunos sectores aplauden la eliminación de los programas de DEI, argumentando que el ejército debe centrarse en la meritocracia y la preparación para el combate, sin distracciones derivadas de políticas de identidad. También hay apoyo para la reincorporación de los militares no vacunados, considerándola una corrección necesaria de políticas previas que, según ellos, infringían las libertades individuales.

En cuanto al desarrollo de la «Cúpula de Hierro estadounidense», expertos en defensa han expresado opiniones mixtas. Algunos elogian la iniciativa como un paso necesario para fortalecer la defensa nacional, mientras que otros plantean preocupaciones sobre los costos y la viabilidad técnica del proyecto. Señalan que la implementación de un sistema de defensa antimisiles de esta magnitud requerirá una inversión sustancial y años de desarrollo, y advierten sobre posibles desafíos técnicos y estratégicos.

Estas órdenes ejecutivas reflejan una dirección clara en la política de defensa y militar de la actual administración, priorizando una visión tradicional de las fuerzas armadas y buscando revertir políticas implementadas por administraciones anteriores. La implementación de estas medidas y su impacto en la estructura y cultura militar serán objeto de seguimiento y análisis en los próximos meses.

By Manuela García

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