Elecciones en Bielorrusia: La victoria de Lukashenko y las denuncias de fraude

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El 26 de enero de 2025, Bielorrusia llevó a cabo elecciones presidenciales en las que el presidente en funciones, Alexander Lukashenko, fue proclamado ganador con un 87,6% de los votos, de acuerdo con los datos oficiales. Este resultado prolonga su mandato, iniciado en 1994, por otros cinco años. No obstante, el proceso ha sido criticado y se han presentado acusaciones de fraude tanto dentro del país como en el ámbito internacional.

El 26 de enero de 2025, Bielorrusia celebró elecciones presidenciales en las que el actual mandatario, Alexander Lukashenko, fue declarado vencedor con el 87,6% de los votos, según datos oficiales. Este resultado extiende su mandato, que comenzó en 1994, por cinco años más. Sin embargo, el proceso electoral ha sido objeto de críticas y denuncias de fraude tanto a nivel nacional como internacional.

La competición electoral se caracterizó por la falta de una verdadera oposición. Los líderes opositores más destacados están en prisión o han huido al exilio, dejando a Lukashenko sin rivales de peso. Los demás candidatos en la contienda eran vistos como simpatizantes del gobierno, lo que hizo que observadores pusieran en duda la legitimidad del proceso.

Se informó que la participación en las elecciones alcanzó el 85,7%. De manera interesante, la segunda opción con más votos fue «contra todos», una vía que da a los electores la posibilidad de manifestar su disconformidad con los candidatos en competencia, consiguiendo el 3,6% de los votos. Este fenómeno demuestra un grado de insatisfacción en algunos segmentos de la sociedad.

La participación electoral fue reportada en un 85,7%. Curiosamente, la segunda opción más votada fue «contra todos», una alternativa que permite a los electores expresar su descontento con los candidatos disponibles, obteniendo el 3,6% de los votos. Este hecho refleja un nivel de insatisfacción entre ciertos sectores de la población.

La respuesta internacional ante los resultados fue variada. La Unión Europea no reconoció la validez de las elecciones, describiéndolas como una «simulación electoral» y criticando la falta de transparencia junto con las restricciones aplicadas a la oposición y a los medios de comunicación independientes. Asimismo, la UE solicitó la liberación de los 1.244 prisioneros políticos que están detenidos en las cárceles de Bielorrusia.

Por el contrario, naciones como Rusia, China y Venezuela felicitaron a Lukashenko por su reelección. El presidente ruso, Vladimir Putin, calificó su triunfo como «contundente» e invitó a Lukashenko a visitar Moscú. El mandatario chino, Xi Jinping, manifestó su interés en reforzar la amistad entre China y Bielorrusia. Además, el gobierno venezolano felicitó a Lukashenko, describiendo el proceso electoral como un «ejercicio democrático».

Por otro lado, países como Rusia, China y Venezuela felicitaron a Lukashenko por su reelección. El presidente ruso, Vladimir Putin, describió la victoria como «convincente» y extendió una invitación a Lukashenko para visitar Moscú. El líder chino, Xi Jinping, expresó su disposición a fortalecer la amistad entre China y Bielorrusia. El gobierno venezolano también felicitó a Lukashenko, calificando el proceso electoral como un «ejercicio democrático».

Sanciones y Medidas Internacionales

Visiones Futuras

Perspectivas Futuras

La reelección de Lukashenko en un contexto de denuncias de fraude y represión plantea interrogantes sobre el futuro político de Bielorrusia. La consolidación de su poder, en medio de críticas internacionales y sanciones, podría aislar aún más al país en la escena global. Además, la falta de una oposición interna efectiva y la continua represión de voces disidentes sugieren que es poco probable que se produzcan cambios significativos en el corto plazo.

La comunidad internacional, especialmente los países occidentales, enfrenta el desafío de equilibrar la presión sobre el régimen de Lukashenko con el apoyo a la sociedad civil bielorrusa. Las sanciones y condenas diplomáticas buscan responsabilizar al gobierno por sus acciones, pero también es esencial encontrar vías para apoyar a los ciudadanos que abogan por una Bielorrusia más democrática y respetuosa de los derechos humanos.

By Manuela García

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